No es el Fuego, es el Fascismo

Imagen del territorio de selva que quieren usar para plantar y alimentar al ganado.

Hace más de quince días, varios incendios fueron provocados en distintos puntos de la reserva forestal Amazónica, todos iniciados desde Brasil. Un periódico local de la ciudad de Nuevo Progreso, Folha do Progresso, reporta que dueños de enormes fincas quieren apropiarse del territorio de selva para plantar y alimentar al ganado, por lo que se organizan para plantar fuego a la vez en el área de reserva legal obligatoria de la frontera agrícola amazónica. Los incendios en época de sequía son muy difíciles de controlar, por lo que cada vez más ciudades se unen a lo que llaman “El Día del Fuego” y manifestantes de todo el país declaran que es una señal para el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con el fin de que quede claro que quieren trabajar en ayudar a evitar estos desastres naturales; para a continuación retractarse de las declaraciones anteriores, cumpliendo el estilo comunicativo característico del gobierno Bolsonaro.

La Frivolidad del Fascismo

Ante el aluvión de críticas al que se ha enfrentado, el presidente ha declarado que son cosas que pasan y que no es para tanto, ya que los incendios siempre suceden en esa región. Ha esperado 16 días, cuando las cenizas ya tapan todo el cielo de Sao Paulo, metrópolis industrial brasileña.
Toda esta secuencia de «sucesos» es muy difícil de comprender si lo miramos como un hecho aislado, pero se va poniendo cada vez más nítida la verdadera cuestión cuando lo localizamos en un plan político para Brasil, que está en marcha desde hace más de 500 años: Este país es una gran colonia, y con la ascensión del fascismo en su territorio se acentúa su carácter colonizador. Brasil tiene una postura colonial de las élites económicas hacia los grupos sociales menos favorecidos, ese es el entorno ideal para facilitar la explotación de sus recursos a servicio del gran capital internacional.

«Las colonias no son organizadas de forma estatal y no crearon un mundo humano. Sus ejércitos no forman una entidad distinta, y sus guerras no son guerras entre ejércitos regulares. No implican la movilización de personas soberanas (ciudadanos) que se respetan mutuamente, si no que se entienden como enemigos. No establecen distinción entre combatientes y no combatientes o, nuevamente, “enemigo” y “criminoso”. Así, es imposible firmar la paz con ellos. En suma, las colonias son zonas en las que guerra y desorden, figuras internas y externas de la política, están lado a lado o se alternan. Como tal, las colonias son el local por excelencia en el que los controles y las garantías de orden judicial pueden ser suspensos –la zona en que la violencia del estado de excepción supuestamente opera a servicio de la “civilización”.»

Joseph-Achille Mbembe, como citado en Batista&Baptista (2016, p. 133)

El Sistema de Clases.

Así se comprende que hay zonas en las que sus habitantes no tienen estatus de igual o ciudadano, zonas como los estados del Norte de Brasil donde están las grandes reservas de la floresta Amazónica. Las diversas etnias allí presentes pasan por un proceso de expropiación de sus tierras, derechos y cuerpos sin memoria ni historia, una población aniquilada por constante barbarie perpetrada por el hombre blanco en busca del progreso y la modernización. Batista&Baptista (2019), refiriéndose al período de la dictadura militar en Brasil, cuando comenzó la construcción de la estrada BR-174 que ligaría los estados de Roraima y Amazonas, resalta que apenas una décima parte de los indígenas de la región sobrevivieron a los constantes ataques perpetrados por los militares durante esta construcción. Los supervivientes, que solían pertenecer a las clases pudientes de las etnias masacradas, se convertían en hambrientos mendicantes. Una población de cerca de 3.000 indígenas que vivían en esta región, en 1970 pasó a ser de tan solo mil indígenas, para luego convertirse en 332 en 1983, de los cuales 216 eran niños o jóvenes con menos de 20 años; estas muertes en nombre del “progreso” ni siquiera son mencionadas en los asesinatos durante la dictadura militar. Sus asesinos quedan impunes y sus muertes son olvidadas.

Una flecha de Xingu al mundo, por la #Amazonia

Política de Bolsonaro

Imagen de la bandera brasileña sobre la que se pueden ver las siluetas de diferentes figuras fascistas que han marcado las políticas del país.

Hay muchísimas similitudes entre los hechos relatados anteriormente y el rumbo que ha tomado desde el golpe democrático de 2016; como defiende Luis Carlos Prestes (2019) ambos períodos fueron marcados por crisis económicas, que para seguir renovándose instrumentalizan la insatisfacción popular para viabilizar golpes de estado que abren una brecha para un estado de excepción en el cual el fascismo se instala con plena naturalidad.

“A partir de mediados del 2013, la insatisfacción popular se hace notar en las manifestaciones que sucedieron por todo el país, y que, a lo que todo lleva a creer, fueron hábilmente manipuladas por sectores vinculados al gran capital con intención de desestabilizar los gobiernos del PT (Partido de los Trabajadores, en el poder en este momento), cuya política era insatisfactoria para atender a los intereses del capital financiero internacionalizado en una situación de crisis económica y gran descontento popular. Para que el gran capital asegurara la continuidad de sus lucros grandiosos era necesario adoptar medidas drásticas de contención de gastos en el presupuesto estatal, penalizando aún más a los contingentes trabajadores. (…) De acuerdo con los dictámenes del capital financiero internacionalizado y, antes de todo, por los sectores vinculados al imperialismo estadounidense. (…) Con la apariencia de impeachment (impugnación) que suele ser el inicio de un proceso de revocación del mandato para la revocación del mismo, democráticamente decretado por el Congreso Nacional, evitan el desgaste de los tradicionales golpes militares tantas veces ejecutados en el pasado en el continente suramericano.”

Anita Leocadia Prestes (2019, p. 122)

Sin atender a grandes detalles del momento político actual del gobierno de Jair Bolsonaro, podemos notar que su proyecto político viene junto a una ola anti democrática y, por consecuencia, como una expresión imperialista de la crisis del gran capital, agravada por el creciente agotamiento de los recursos naturales y su consecuente colapso climático. Es en este punto donde encontramos sentido al incentivo de provocar incendios en la región amazónica. De acuerdo con Carvalho Cardoso, Soares&Soares (2018) en el período de 1967-1985 (coincidente con la Dictadura Militar) hubo una expansión en las tierras destinadas a la ganadería en las regiones de frontera con la reserva forestal amazónica y alta inversión de estos terratenientes en innovación tecnológica que, junto a inversiones públicas en carreteras (como la que liga Roraima al Amazonas), en infraestructura hidroeléctrica y de telecomunicación llevaron a la valorización de estas tierras en pleno período de alta inflación en el mercado nacional. Los incentivos fiscales fomentados por el deseo de “progreso” e integración del territorio nacional, facilitaron la apropiación de grandes extensiones de tierra por grandes empresas pecuarias, aumentando aún más la concentración de tierras en la región amazónica.

“Es en la frontera agropecuaria de la Amazonia oriental donde ocurren los más graves conflictos de tierra, notablemente en el área del «pico del loro» punto de encuentro de los estados de Pará, Maranhão y Tocantins. En esa zona, formada por seis micro regiones (Araguaia Paraense, Marabá y Xingu, en Pará, Mearim e Itapecuru, en Maranhão, y Extremo Norte Goiano, en Tocantins) ocurrieron varios asesinatos de trabajadores rurales por pistoleros contratados por los grandes caciques. (…) El número de muertes en el campo, sin embargo, es sólo uno de los criterios por los que se puede medir la violencia rural. Las expulsiones, amenazas, espaciamientos secuestros y arrestos ilegales de policías al mando de los grandes propietarios completan los índices de violencia humana y destrucción del bosque con el avance de la frontera agropecuaria en Pará. No es coincidencia que la zona llamada «pico del loro» sea el área rural más violenta de Brasil: posee los índices de concentración de tierras más altos de Brasil y que tienden a agravarse cada vez más.”

Carvalho, Cardoso, Soares&Soares, 2018

Así se evidencia la causa de que las grandes corporaciones asociadas al mercado externo demuestren tanto entusiasmo con la elección del capitán reformado por el Ejército Brasileño de Jair Bolsonaro. Batista&Baptista (2019) resalta textualmente a Washington Cinel, dueño de Gocil, una empresa de vigilancia particular y gestor internacional del Lide Segurança, en debate organizado por el periódico inglés Financial Times e por la revista Voto “Estamos en el camino correcto, Brasil va a vivir el mejor momento de su historia”, entusiasmo compartido por otros grandes empresarios que hicieron declaraciones similares en cuanto a la política de privatizaciones del sector de base por el actual gobierno.

En respuesta a las protestas por las quemadas en el Amazonas, el Ministro del Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, ha vinculado la nueva publicidad de la multinacional Chevrolett en su twitter antes de que la marca la estrenara en vídeo. En su campaña publicitaria declaran que “hay que producir más leche, crear más ganado, plantas más preparadas para cosechar más, para poner comida en la mesa de los brasileños”, cuando en realidad la agricultura familiar abastece el 70% de los alimentos consumidos en Brasil, ya que la agricultura industrial está principalmente destinada a la exportación.

Conclusiones

Los incendios provocados por los latitudinarios en la Amazonia son, como hemos podido observar, parte de un proyecto político. La destrucción de las reservas ambientales y de las reservas indígenas fue una promesa de Bolsonaro que ha dejado muy claro que lo haría y se mantiene alineado a las élites económicas y a la ascensión fascista que necesitan para mantener su nivel de vida. Así mismo, a pesar de toda la movilización internacional las opresiones siguen, las mujeres indígenas son la voz resonante de las protestas anteriores a los incendios y siguen siendo las que luchan delante en este movimiento. Millones de personas alrededor del mundo se preocupan por el Amazonas, por lo que representa a nivel de descarbonización del aire y ciclo de lluvias, a nivel de gestionar la crisis climática actual y la masacre a los pueblos originarios, que son expulsados de la floresta, que son los verdaderos responsables de su preservación, parece ser una cuestión secundaria. Una herida que sigue abierta con su sangre indígena, negra y esencialmente sangre revolucionaria que en la historia colonial de Brasil nunca ha dejado de derramarse por lo que es justo y por nuestra riqueza autóctona y nuestra belleza natural perdida.

Bibliografía:

  1. Batista,Lázaro & Baptista, Luis Antonio dos Santos. Psicologia: Ciência e Profissão, 2019 v. 39 (n.spe), e221676, 101-112. “Peles e Vidas Transformadas em Asfalto: Inquirições Ético-políticas de uma Barbárie” https://doi.org/10.1590/1982-3703003221676
  2. Prestes, Anita Leocadia. Revista de História Comparada. Rio de Janeiro, v. 13, n. 1, p. 108-129, 2019. “Três Regimes Autoritários Na História Do Brasil Republicano: O Estado Novo (1937-1945), A Ditadura Militar (1964-1985) E O Regime Atual (A Partir Do Golpe De 2016)”.https://revistas.ufrj.br/index.php/RevistaHistoriaComparada/article/view/27537
  3. Carvalho, André Cutrim , Cardoso, Karina dos Santos , Soares, André Araujo Sombra & Soares, Daniel Araujo Sombra. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (septiembre 2018). “Consecuencias del avance de la frontera pecuaria capitalista y sus implicaciones en las disputas por la tierra de la Amazonia, Pará, Brasil”.
    https://www.eumed.net/rev/cccss/2018/09/avance-frontera-pecuaria.html
  4. Da Silva, Silvana Aparecida , Balestrin, Nádia Luzia & Brandenburg, Alfio. Revista GeoPantanal, Corumbá, N. 24, 85-98, jan./jun 2018. “A Agroecologia Como Um Projeto Em Construção No Movimento Dos Trabalhadores Rurais Sem Terra – MST http://desafioonline.ufms.br/index.php/revgeo/article/view/6290/4956

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