La realidad de la disidencia sexual no se ha hablado con una perspectiva bisexual en este portal todavía, aunque no por falta de formación como podéis apreciar, si no más bien por falta de confianza. El tema bisexual ha traído consigo un sin fin de debates internos que en muchos casos ha dañado la confianza de los grupos que tienen una lucha contra la bifobia, porque el rechazo puede ser agotador cuando es incluso dentro de tu propio colectivo.
En los tiempos que corren es impensable que la teoría bisexual sea tan sumamente reducida y que no tengamos un vocabulario con el que poder expresar nuestras experiencias, sin embargo así es. La Bisexualidad, y en especial la de las mujeres bisexuales, ha sido un tema tan sumamente invisibilizado y acallado por parte de la sociedad, que ni siquiera tenemos slurs de los que reapropiarnos.
El tema bisexual ha traído consigo un sin fin de debates internos que en muchos casos ha dañado la confianza de los grupos que tienen una lucha contra la bifobia, porque el rechazo puede ser agotador cuando es incluso dentro de tu propio colectivo.
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Heteronorma en las mujeres bisexuales
Las mujeres sáficas en general somos idealizadas siempre en torno a la fantasía sexual de los hombres. Todo nuestro imaginario se ha diseñado única y exclusivamente para satisfacer esas fantasías. Esto conlleva a que, a las bisexuales, en muchos casos se nos entienda desde un primer momento como heterosexuales que satisfacen esas fantasías de sus parejas masculinas, no como personas que sienten atracción por cualquier género. Así se ha construido toda la representación bisexual en los medios, siempre desde la idea de que todas las mujeres bisexuales en verdad son hetero que prueban con mujeres «por curiosidad» (de ahí nace el bífobo término de hetero curioso). Así nuestro armario, como el de muchas otras compañeras, es constante: nunca se nos entiende desde un principio como bisexuales, si no que se nos encasilla en una sexualidad hetero u homosexual según nuestra relación del momento y no importa lo mucho que reivindiquemos nuestra realidad como bisexuales. Mucha gente cree que tenemos privilegios heterosexuales cuando se nos lee como tal, pero el armario jamás ha sido un privilegio. No es ningún privilegio que se nos niegue nuestra identidad constantemente, es heteronorma y heterosexualidad asimilada.
¿Heterosexualidad obligatoria?
Este término se utiliza principalmente en la lucha lésbica para hablar de todas las imposiciones que se llevan a cabo sobre las mujeres lesbianas para que siempre acaben condicionadas a una «atracción masculina» inexistente. Pero esta experiencia, con ciertos matices, es aplicable a todas las disidencias sexuales, en especial a las mujeres, porque se nos impone la heterosexualidad desde que desafiamos la familia nuclear heterosexual y monógama. Sin embargo, creemos necesario buscar otro término que pertenezca a las bisexuales y asexuales, primero por crear nuestra propia lucha y después por evitar invisibilizar un dolor específico de mujeres lesbianas.
Nosotras (desde el grupo de Politización Bifem) proponemos el término de Heterosexualidad Asimilada, que plantea el fenómeno heterocentrista de las mujeres bisexuales a verse condicionadas (por el ambiente y su propia heteronorma interiorizada) a mantener relaciones sexo-afectivas con hombres aunque se traten de relaciones abusivas o relaciones que no les terminan de llenar. Creando a su vez una vulnerabilidad a las mujeres bisexuales para ser víctimas de violencia machista.
La heterosexualidad asimilada nos impide explorar nuestra identidad como bisexuales en un lugar seguro, porque la bisexualidad (a pesar de lo que todo el mundo cree) aún a día de hoy está muy invisibilizada. Cuando exploramos nuestra sexualidad, lo hacemos desde la seguridad del armario, ignorando a menudo las relaciones sáficas por simple alineamiento, heteronorma y heterosexualidad asimilada. Por ello muchísimas mujeres bisexuales acaban saliendo mucho más con hombres que con mujeres, convirtiendo muchas veces sus relaciones sáficas en clichés reflejo de la hipersexualización de la bisexualidad (sin pretenderlo). Las pocas mujeres bisexuales que acaban con otras mujeres, acaban entendiéndose como lesbianas (a veces por heterosexualidad obligatoria que resulta en que son lesbianas, pero otras veces por la imposición de la monosexualidad). Así las mujeres bisexuales recibimos violencias de todas partes, no sintiéndonos a gusto ni siquiera en espacios que se suponen seguros.
Este miedo es instrumentalizado por la sociedad para impedir que tengamos relaciones fuera de la heterosexualidad, de esta manera se nos impone a nosotras esa heterosexualidad asimilada. Si quieres saber si realmente eres heterosexual o se te ha impuesto, nuestra recomendación es que hables con personas que sean disidentes sexuales con las sexualidades que tengas dudas. Replantearte tu sexualidad es válido, al igual que replantearse el género, a menudo la sociedad cisheteronormativa nos lleva a entendernos en unos parámetros artificiales.
El Armario
Para toda la comunidad de disidencia sexual y de género, el armario es una de nuestras mayores pesadillas, pero para algunas de nosotras es una pesadilla constante. Cuando vives en una sexualidad tan invisible como la bisexual o el espectro asexual (ambas coinciden en esta problemática), estás condenada a salir constantemente del armario, porque nuestra sexualidad no se reconoce como válida ni se ve a simple vista. Porque si tenemos una relación con un hombre (o alineade como tal), se nos entiende como heterosexuales, y tenemos que salir del armario; si estamos con una mujer (o alineade como tal) se nos entiende como lesbianas y tenemos que salir del armario; y si no estamos con nadie y tenemos relaciones esporádicas con personas de cualquier género o tenemos relaciones poliamorosas, se nos entiende como viciosas o que estamos confusas. Al final nuestro armario se convierte en nuestra jaula, siempre tenemos que estar saliendo de él, mientras se nos niegan las numerosas violencias que recibimos de todo el entorno que nos rodea.
Pero a veces, a diferencia de otras personas del colectivo, nuestro armario se presenta como otra de las sexualidades del propio colectivo, es decir, decirnos lesbianas también es encerrarnos en un armario en el que se acepta antes que nos gustan las chicas (sustentado en la fantasía masculina) que nos puedan gustar todos los géneros. Negar las experiencias propias de las mujeres bisexuales y achacarlo siempre a que estamos confusas, también es una forma de armarizarnos, creernos siempre en el monosexismo por prejuicios o por no comprender nuestras experiencias, es una forma muy clara de bifobia interiorizada que experimentamos de toda la sociedad al completo. El armario para nosotras es un lugar en el que nos encierran incluso cuando ya nos hemos declarado y empoderado como bisexuales, simplemente porque no creen nuestra palabra.
La necesidad de representación
En muchos casos se habla de la necesidad de la representación de la comunidad al completo, pero pocas veces hay una representación bisexual fiel y no bifoba. Se nos suele representar como personas confusas, viciosas, con múltiples relaciones (que no suelen ser sanas) y en muchos casos nos acabamos definiendo como Heterosexuales u Homosexuales según la relación con la que culmine nuestra historia. Pero esa no es nuestra realidad, no es una representación fiel.
Las personas bisexuales necesitamos una representación completa, necesitamos vernos en los personajes que admiramos sin que nos nieguen nuestra realidad. Porque también ocurre que muchas veces el propio personaje no se define como bisexual en ningún punto de su historia, y eso también es un problema en el sentido de que lo que no se nombra no existe.
Personajes bisexuales
Para mejorar la representación de la comunidad, vamos a hablar de diferentes mujeres bisexuales pertenecientes tanto a la historia como a la cultura cinematográfica y literaria de nuestros días, que también es importante.
River Song de Doctor Who.

Este personaje de la famosa serie doctor who es abiertamente bisexual (así se demuestra en las múltiples veces que ha dicho que ha estado o está casada con mujeres a la vez que está con el doctor y tiene otros maridos). Además que lo positivo de este personaje es que es la figura de la mujer empoderadas y guerrera. Es profesora en Antropología y una badass de la vida.
Otra de las cuestiones a destacar de este personaje, es que su historia no gira en torno a su sexualidad, si no que su sexualidad sale de forma esporádica como sale la de cualquier otro personaje de la serie. Su historia tiene una gran profundidad detrás y una gran importancia en la trama de la serie, siendo una de las personajes que más nos gustan al fandom.
Rosa Diaz de Brooklin 99

Este personaje también es una mujer empoderada, caracterizada por su mala leche y por ser muy buena en su trabajo. Pero lo importante es que su salida del armario con sus padres es un reflejo maravilloso de esa heteronorma impuesta, como sus padres la rechazan como bisexual y solo quieren verla como Heterosexual ya que solo les importa como tal. El capítulo en el que sale del armario es realmente emocionante para cualquier persona bisexual, pero para las mujeres bisexuales creemos que es un paso en la buena dirección de poder empoderarnos como tal sin que se nos cuestione o se nos niegue como bisexuales.
Alla Nazimova

Actriz, guionista y productora rusa y de ascendencia judía, que mantuvo relaciones con muchas jóvenes artistas de la época, pero sus amoríos más destacados fueron con Emma Goldman, Eva Le Gallienne, la directora Dorothy Arzner, la escritora Mercedes de Acosta y la sobrina de Oscar Wilde, Dolly Wilde.
En 1918, con 39 años, tenía bastante experiencia para empezar a producir y escribir películas en las cuales también actuaba. En sus adaptaciones de autores tan importantes como Oscar Wilde e Ibsen, desarrolló sus propias técnicas fílmicas, consideradas atrevidas para la época. Sus proyectos, incluyendo Casa de muñecas (1922), basada en la obra de Ibsen, y Salomé (1923), basada en un trabajo de Oscar Wilde, tuvieron poco éxito de público y perdió con ellos una cantidad importante de dinero, por lo que tuvo que volver a actuar.
Margaret Mead

Antropóloga y poeta estadounidense, cuyas investigaciones etnográficas de las décadas de 1920 y 1930, puso en entredicho la visión sexista biologista que prevalecía en las ciencias sociales en Estados Unidos; según la cual la división sexual del trabajo en la familia moderna se debía a la diferencia innata entre el comportamiento instrumental (público, productivo) de los hombres y expresivo de las mujeres, y en su estudio comparativo «Sex and Temperament in Three Primitive Societies.» la autora Mead introdujo, en 1935, la idea revolucionaria de que, por ser la especie humana enormemente maleable, los papeles y las conductas sexuales varían según los contextos socioculturales. Fue, así, precursora en la utilización del concepto de «género», ampliamente utilizado posteriormente en los estudios feministas.
Josephine Baker

Bailarina, cantante, Primera vedette y actriz estadounidense, nacionalizada francesa, que hablaba con fluidez tanto en inglés como en francés. Fue la primera mujer afroamericana en protagonizar una importante película, Zouzou (1934), en integrar una sala de conciertos en Estados Unidos, y en convertirse en una animadora de fama mundial. También es conocida por sus contribuciones al movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos (Coretta Scott King le ofreció el liderazgo no oficial del movimiento en 1968 tras la muerte de Martin Luther King, pero lo rechazó). Y fue conocida por ayudar a la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, y por recibir el honor militar francés, la Croix de guerre.
Conclusiones
Cuando se trata de la lucha de las mujeres bisexuales, se nos mete al fondo de cualquier sala sin permitirnos articular nuestro discurso, sin permitirnos empoderarnos en nuestros propios términos y precisamente creando un vacío teórico brutal del que nace el desconocimiento y los múltiples términos que en definitiva son bisexualidad, pero que se crean para evitar decir esa palabra considerada como tabú por gran parte de la sociedad. La bisexualidad en sí misma no es transfoba, las personas son transfobas, es por ello que no se necesita especificar que nos pueden atraer personas no binarias y personas trans. Es innecesario crear términos para las vivencias específicas de cada persona, porque cada cual vivimos nuestra sexualidad a nuestra manera, y eso no hace menos real nuestra sexualidad. No necesitamos que se nos borre de la historia y de la lucha por los derechos de todo el colectivo, porque nosotras también vivimos opresión sistemática por quien somos.
Denunciamos por tanto todos los intentos que hay actualmente de crear tantos términos para ser bisexual sin nombrar la bisexualidad. Pues la bisexualidad no es un paraguas como se pretende sino una orientación sexual más como lo es la heterosexualidad, la homosexualidad y la asexualidad. Esto sin ser tampoco una orientación sexual intermedia entre la heterosexualidad y la homosexualidad, siendo en realidad tan próxima a ellas como estas entre sí mismas.
La bisexualidad es imprescindible empoderarla desde hace tiempo, ya que en la agenda española en muchos casos no existimos y muchísima gente ni siquiera sabe qué significa ser bisexual.
Bibliografía.
- The bi-ble de Lauren Nickodemus and Ellen Desmondis
- Also Life isn’t binary de Meg-John Barker and Alex Latanfi
- Bisexuality: Identities, politics and theories de Surya Monro.
- Bisexuality: Theories, research and recomendations for the invisible sexuality.
- Bisexualidades Feministas
- Bi: Notes on a Bisexual Revolution de Shiri Eisner.
- Bifobia: Etnografía de la bisexualidad en el activismo LGTBI de Ignacio El pidió Domínguez Ruiz.
- The Bisexual Index (web)
- The Bisexual Resource Centre (web)
- Bi Community News (web)
- Bis of color (web)
- Biscuit Magazine (revista web)
- The Queernes (web)
Creo que deberíamos ser capaces de crear comunidades donde la gente disidente sexual se sintiese cómoda. Las personas que no respondemos a lo que el heteropatriarcado esperaría de nosotras tenemos que estar más organizadas, al menos tanto como la gente conservadora, que se reúne un rato todos los fines de semana en sus templos. En torno a una nueva religión atea/agnóstica, no dogmática, feminista, antirracista, ecologista y aliada de los movimientos LGTBIQ, lo conseguiríamos, y seguramente se formarían muchas comunidades. En infiinito5.home.blog escribo sobre ella.
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