Mujeres Históricas: Ángela Ruíz Robles

Es necesario reconstruir nuestra historia, aquella que ha sido enterrada y olvidada por el patriarcado, necesitamos narrar y canonizar todo el talento femenino que ha sido despreciado por la condición de ser mujer y no por el valor de su obra. Por ello, si queremos dar justicia a nuestras antepasadas, tenemos que alzar nuestras voces para que todo su legado sea reconocido y valorado por su innovación, creación e influencia, ya que ellas fueron violentamente calladas por el sistema.

Una de las grandes olvidadas es Ángela Ruiz Robles (1895-1975). Maestra, escritora e inventora española, reconocida como la precursora del libro electrónico. Nacida en Villamanín (León) cursó sus estudios superiores en la Escuela de Maestros de León, donde impartió sus primeras lecciones como maestra en 1915. La taquigrafía y la mecanografía fueron las primeras disciplinas en las que indagó intelectualmente y les dedicó su estudio y reflexión en varias obras. También, fue nombrada maestra y directora de la Escuela de Gordón (León) por acuerdo unánime de la Junta Municipal en 1917.  Al obtener una plaza como maestra en las Oposiciones de Magisterio Nacional, se desplazará a Ferrol en 1918.

Foto de Ángela Ruiz Robles posando con su invento, el prototipo de enciclopedia mecánica.

Maestra en tiempos de Guerra.

Ángela muestra en toda su trayectoria profesional, tanto como maestra e inventora, una vocación pedagógica y una fuerte labor social. Una mujer inconformista, metódica y práctica, preocupada por la evolución del sistema educativo y de dar respuesta a los problemas del mismo y mejorarlos. La invención del libro mecánico surge de su experiencia como directora en un instituto, donde aprecia la necesidad de solventar los problemas de excesiva matrícula, ya que dejaba a alumnos fuera del sistema educativo. Ángela tenía claro que había que inventar algún remedio para que el rendimiento de los alumnos y profesores fuera el máximo con el mínimo esfuerzo yendo de lo conocido a lo desconocido con la ayuda de imágenes, y teniendo en cuenta que cada niño necesita de una formación personalizada.

En 1934 es nombrada gerente de la Escuela Nacional de Niñas en el Hospicio de Ferrol. En 1936 la Comisión Depuradora del Magisterio de La Coruña le abre un expediente de depuración por sospechas que se iniciaron a raíz de la suscripción a un fondo de ayuda a las familias de los maestros presos en la revolución de 1934 en Asturias. Sin embargo, Ángela consigue aportar muchas declaraciones a su favor y argumenta que lo hizo con vocación cristiana y porque no puede ser malo el atender a los niños. Finalmente, en 1941 se archivó el expediente.

En 1945 empezó a dar clases en el Instituto Ibáñez Martín y, a su vez, daba clases gratuitas nocturnas en la escuela obrera. Posteriormente, fundó la Academia Elmaca con la finalidad de formar a aquellos jóvenes que quedaron sin trabajo durante la posguerra. A lo largo de toda su vida instruyó a hombres y mujeres para el acceso de oposiciones o exámenes de todo tipo.

Sus Inventos.

Su primera patente fue presentada el 7 de diciembre de 1949 en el Registro de la Propiedad Industrial bajo el título de “Procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”. En la memoria descriptiva, Ángela Ruíz expone la necesidad de innovar la enseñanza para que sea más intuitiva y amena. Recalcando que aprender no es recitar ni memorizar, sino pensar y razonar. Por ello, el objetivo de esta patente no es otro que “conseguir el máximo de conocimientos con un mínimo esfuerzo”. Al ser un invento dirigido a los niños, tuvo en cuenta que no fuera ni pesado ni voluminoso y fácil manejar. Este libro mecánico incorporaba una novedad muy notoria: un pulsador de tipo eléctrico que permitía la iluminación el texto pudiendo seleccionar la unidad didáctica al tiempo que esta se ilumina. Diseñó varios modelos para este invento, atendiendo al nivel de educativo del menor, así como al contenido.

A parte del libro mecánico, presenta otros dos modelos sin texto siendo un posible soporte de lectura que también pensaba desarrollar. Entre ellos destaca el Atlas Científico Gramatical donde desarrolla un método pedagógico fundamentado en el percepción del conjunto de las relaciones que favorece un aprendizaje significativo.

El 10 de abril de 1962 solicita una nueva patente de invención, la Nº276346 ante la imposibilidad económica de llevar a cabo su proyecto inicial. Con el título “Un aparato para lecturas y ejercicios diversos”, con el que elaboraría un formato definitivo de sus anteriores ideas de libros mecánicos. En esta invención, el diseño difiere de los anteriores modelos, aunque mantiene algunas características comunes. En la memoria descriptiva, define la enciclopedia mecánica como un aparato de lectura que permite la ejecución de tareas variadas de orden pedagógico o de otra naturaleza.

Plano de la patente de invención N.º 276346. Fuente Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Archivo Histórico OEPM

Los prototipos

El prototipo, construido en el Parque de Artillería de Ferrol, tenía unas dimensiones de 24 cm (alto) x 22 cm (ancho) x 6cm (fondo) y un peso aproximado de 4724 gr. Además, fue elaborada a base de madera, bronce y zinc. Si analizamos el contenido íntegro de la patente nº 190698 junto con la nº 276346 nos percataremos de que se trata, ésta última, de una simplificación de su primera invención. Aunque en la segunda patente suprimiera el sistema de pulsación eléctrica, incluye un dispositivo de reproducción de sonido para amenizar las lecciones.

Debido al empeño de Ángela Ruíz por desarrollar su invento en España, en 1970 le llevó a rechazar una proposición de explotar su patente en Washington. Esta oposición surgía de la necesidad que tenía la inventora de que su libro mecánico fuera desarrollado e implantado en España, ya que era un método muy funcional que podía incentivar el progreso del sistema educativo español, pues en alguna entrevista señala sorprendida que a pesar del progreso tecnológico, la educación seguía estancada en la Edad Media. Además, se veía incapaz de abandonar su tierra.

En 1971 Ángela Ruíz Robles colaboró con el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada, S.A. con el fin de realizar un estudio previo y un anteproyecto para la fabricación de la enciclopedia mecánica. La principal modificación realizada fue la sustitución de los anteriores  componentes por material plástico y acero, para conseguir disminuir el coste final del producto. Sin embargo, por problemas de financiación nunca llegó a construirse el modelo de plástico y acero ni se comercializó, a pesar de su férreo esfuerzo y trabajo constante en conferencias, concursos, exposiciones universales y distinciones. Toda la labor inventiva de esta magnífica inventora, y el desarrollo de su método pedagógico, fue tomado por utópico por la dictadura franquista que no supo valorar las funciones tan innovadoras que el libro mecánico demostraba, antes de existir los dispositivos electrónicos.

Prototipo de la Enciclopedia Mecánica. Propiedad de los herederos de Ángela Ruíz Robles. Autor de la fotografía. Luis Carré

Galardones y Reconocimientos.

Jefa provincial de la Federación Politécnica Científica de la Inventiva Internacional (1973) y gestora delegada de los inventores españoles para la Región de Galicia (1959), Ruíz Robles ha sido también galardonada con la Cruz de Alfonso X el Sabio (1947) en reconocimiento a su carrera profesional. Este no será el único ya que en 1956 el Ministerio de Educación Nacional le dota del Lazo de la Orden de Alfonso X el Sabio. Además, recibió la Medalla de Oro y el Diploma en la 1º Exposición Nacional de Inventores Españoles (1952), la Medalla de Bronce (1957) y la de Plata (1963) en la Exposición Internacional de Bruselas. En 1964 recibe Diploma y Medalla en la Exposición de Sevilla (1964).

Conclusiones:

En esta breve biografía sobre una talentosa inventora española nace con dos objetivos: en un primer lugar, dar voz a la innovadora creación de Ángela Ruiz Robles y, sobre todo, la necesaria creación de referentes femeninos en el ámbito cultural, puesto que sin ellos no somos nadie. Ahora que vivimos inmersos en el mundo digital, es necesario saber que una gran mujer tuvo esas ideas que no se pudieron materializar dada su situación de clase y de género, y sin sus ideas y empeño en hacerlo posible no se hubieran llegado a grandes inventos que reinan en el siglo XXI como el libro electrónico.

Ayer y hoy las mujeres somos las grandes olvidadas de la historia. Esto se debe invariablemente tanto a la dominación masculina como al miedo y odio de los hombres hacia aquellas mujeres que no necesitan de ellos para llevar a cabo grandes obras. Como feministas es nuestra obligación recordarlas y rescatar sus historias del olvido al que han sido relegadas por los varones para mirar no solo al futuro sino también al pasado para honrar a aquellas que nos precedieron.

Angela es menos desafortunada que muchas otras pues hemos podido rescatar su historia. Sobre aquellas otras que fueron grandes mujeres a pesar de la opresión y todos los registros de sus vidas cayeron ante la ira de los hombres, solo podemos conjeturar.

Bibliografía

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