Las mujeres han entrado en el mercado laboral y en profesiones típicamente masculinas. ¿Y ahora qué hacemos? Nuestro lenguaje no estaba preparado para semejante catástrofe, hubo que adaptarlo. Unas palabras optaron por crear el femenino “el minero/la minera” y otras por mantener la misma palabra para ambos géneros “el médico/la médico”. Entendiendo lo innecesario de crear una palabra nueva como “médica” teniendo una palabra que sirve para ambos.