El pasado miércoles Isaac fue asesinado por ser autista y tener esquizofrenia sin ocultarse. Sus asesinos lo persiguieron durante bastante rato antes de apuñalarlo. Deja a una madre destrozada que ni siquiera sabe cómo llegará a final de mes sin él. Esta historia solo es la punta del iceberg, lo que nos llega, pero la violencia capacitista, misautista y cuerdista ocurre a diario. El pasado mes de Mayo era asesinada Cuqui, una mujer residente en Sevilla que además era discapacitada y sufría violencia de género. Los recursos para ella, como para muchas otras mujeres, fueron insuficientes y la asesinó su agresor. Pero es que las mujeres discapacitadas tenemos el 31% de posibilidades de sufrir violencia de género a lo largo de nuestra vida, más del doble de las posibilidades de una mujer sana. La semana pasada, antes del asesinato de Isaac, también vimos como se agredía a otro chaval de 23 años por ser autista en A Coruña. Son muchas las agresiones contra nosotras, pero pasan completamente desapercibidas.