Aquella discriminación sistemática contra las personas discapacitadas que conlleva múltiples formas de violencia. Mientras que el Capacitismo es el sistema sobre el que se sustenta, este es el odio que le da forma y que alienta a que se sigan perpetrando múltiples vulneraciones de derechos humanos contra la comunidad discapacitada (sea esta física, mental, neurodiversidad o de desarrollo); es decir, se refiere a los prejuicios y los estereotipos que llevan a menospreciar a estas personas, considerándolas como personas rotas, incompletas y/o erróneas con base en lo que socialmente se considera la normalidad. Se expresa en la forma en la que nos referimos y cómo tratamos a las mismas, rechazándolas en la sociedad y no permitiéndoles disfrutar de los mismos derechos que el resto, en lugar de aceptar que simplemente tienen una funcionalidad diferente.
Estas formas de odio son resultado de toda una educación capacitista y cuerdista que conlleva en escalada hasta el asesinato, ya sea un asesinato premeditado, un asesinato piadoso o un asesinato social. Pero estas formas de odio también son las mismas que permiten que se justifiquen las agresiones «menores» contra toda la comunidad, desde el maltrato institucional hasta la violencia física y psicológica.
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